Los tres mosqueteros de YCRT : Falta de gestión y bajo compromiso con la Cuenca Carbonífera
La situación en YCRT es verdaderamente preocupante. Desde que asumió el interventor, no se ha visto ningún cambio positivo en la estructura de la empresa, y la falta de progreso es evidente. La Usina 240 no ha avanzado, y el carbón no se vende, lo que es un problema grave para los mineros que extraen el mineral pero no pueden venderlo.
Además, la acumulación de 50 mil toneladas de carbón en el puerto de Punta Loyola desde la gestión de Thierry Decoud es un ejemplo claro de la ineficiencia y la falta de gestión. Y para empeorar las cosas, habría un faltante importante de cobre y materiales de la empresa.
Es comprensible que se cuestione la designación del interventor y se le pida al gobernador Claudio Vidal que lo destituya de su cargo. La presencia de tres empresas internacionales interesadas en comprar el mineral debería ser un incentivo para tomar medidas para sacar a la empresa adelante.
Es importante destacar que los gremios de la empresa, especialmente el gremio madre ATE, han demostrado ser tolerantes y han priorizado el bienestar de YCRT. Sin embargo, la intervención siempre parece ser de afuera, y no se entiende qué interés tienen en resolver los problemas de la empresa.
En este sentido, es fundamental que el gobernador haga un mea culpa y entienda que la designación del interventor está perjudicando a todos los habitantes de la cuenca carbonífera.
La designación de Pavel como interventor de YCRT ha generado una gran desilusión en la comunidad, especialmente entre aquellos que conocen el funcionamiento de la empresa. La falta de operatividad y la inoperancia de Pavel han puesto en tela de juicio su capacidad para liderar la empresa. Es como si hubiera sido designado solo por una cuestión de favor político, sin considerar su capacidad real para gestionar una empresa tan grande y compleja como YCRT.
La Usina 240, que debería estar generando energía para las dos localidades, se ha convertido en un ejemplo de la ineficiencia de Pavel. Su falta de empatía con los mineros y con el crecimiento de la empresa es evidente, y su estilo de liderazgo parece ser más bien autoritario y mezquino. Esto ha generado miedo en la comunidad de la cuenca, que ve en Pavel a alguien que no está capacitado para liderar la empresa.
Es como si Pavel hubiera sido designado solo para ocupar un cargo, sin considerar el bienestar de la empresa y de la comunidad. La falta de proyectos, ideas y valor agregado para YCRT es un reflejo de la falta de visión y liderazgo de Pavel. La designación de Pavel fue quizás solo para la tribuna, para mostrar una imagen de cambio, pero en realidad, le queda grande el cargo.
La situación en YCRT es realmente preocupante, y es comprensible que se cuestione la designación de Pavel como interventor. La empresa tiene un gran potencial para generar divisas y crecer, pero parece que la falta de gestión y la intervención de personas de afuera están obstaculizando su desarrollo. Es cierto que el personal propio de la empresa ha demostrado ser capaz de llevar a cabo la producción de mineral y generar ingresos, pero la falta de apoyo y la interferencia de personas externas están impidiendo que la empresa alcance su máximo potencial.
La comparación con Aníbal Fernández es muy acertada, ya que ambos parecen estar más interesados en mantener su cargo y ganar dinero que en trabajar por el bienestar de la empresa y la comunidad. La productividad de carbón es solo una parte del problema, lo que realmente falta es una gestión efectiva y una visión a largo plazo para el futuro de YCRT.
Esperemos que el gobernador Claudio Vidal escuche las demandas de la comunidad y tome medidas para sacar a Pavel de su cargo y encontrar a alguien que realmente se preocupe por el futuro de la empresa y la cuenca carbonífera. La situación actual es insostenible y requiere una solución urgente